jueves, 23 de febrero de 2012

DOPAJE GENÉTICO

Tema peliagudo el que viene a continuación.


Hace cosa de un mes tuve la oportunidad de ver en el canal Odisea un documental acerca del dopaje genético. Los datos y la información que se daban era escalofriante. Venía a decir que el dopaje tradicional (EPO, hormona de crecimiento, testosterona, etc.) tenía los días contados y que el futuro, o quizás ya es presente, era el dopaje genético, es decir, deportistas genéticamente modificados. El dopaje genético consiste en la introducción de genes artificiales en el cuerpo humano para mejorar el rendimiento del deportista. Estos genes son manipulados previamente en el laboratorio para producir un crecimiento exponencial de las capacidades del deportista. Este tipo de dopaje permite desde la potenciación muscular al aumento de la resistencia física, pasando por el crecimiento de la fabricación natural de EPO.


El dopaje genético nace como extensión del propio tratamiento genético, ideado para tratar de paliar enfermedades programadas en el ADN. Sin embargo, este tipo de técnicas conlleva un riesgo enorme, ya que sus consecuencias son, en muchos casos, desconocidas.


El documental explicaba que, aunque todavía es una técnica en fase experimental, en los Juegos Olímpicos de Rio De Janeiro podremos ver deportivas tratados genéticamente. Otro dato preocupante era que el 50% de los deportistas de elite encuestados estaban dispuestos a doparse si con ello se aseguraban una medalla de oro, aun sabiendo que en controles posteriores podían ser “cazados”. Que cada uno saque sus propias conclusiones.


Esto en cuanto al deporte de alto nivel pero el deporte popular tampoco está exento de polémica. A finales del año pasado el Gobierno Vasco realizó unos controles de carácter muy general y sin profundizar demasiado (es decir, que no fueron a pillar) en algunas competiciones no federadas (carreras populares, por ejemplo) se encontró con unos resultados inesperados. “Disparamos con una carabina de feria contra rinocerontes, pero aún así cazamos y nos encontramos con datos muy preocupantes”. señaló el director de Deportes del Gobierno vasco.


Y ¿qué podemos decir de nuestro deporte? ¿Existe el doping en el mundo de la montaña? Me gustaría que los lectores de este blog dieran su opinión. ¿Los corredores de montaña coquetean también con sustancias prohibidas? Si la respuesta es positiva no hace falta seguir leyendo el post. Si la respuesta es negativa… ¿cuánto tiempo tardaremos en ver los primeros casos? ¿De que dependerá la aparición del doping en nuestro deporte? Yo creo que el dinero y la televisión juegan un papel muy importante en este asunto. Me explico.


A día de hoy ganar un ultratrail o carrera por etapas importante del panorama internacional no creo que te solucione la vida. La mayoría de los ultras no otorgan dinero al vencedor (UTMB, Western States por ejemplo) y en las carreras por etapas (Maratón Des Sables, Transalpine Run, etc.) el dinero que percibe el ganador no es nada del otro mundo. El prestigio y reconocimiento que otorga el ganar o realizar un buen papel en este tipo de carreras es suficiente (no se si Kilian, Miguel Heras, Iker Karrera, Zigor Iturrieta, Oihana Kortazar, Ryan Sandes, etc. estarán de acuerdo conmigo). No creo que ninguno de estos grandes corredores viva exclusivamente de los ingresos proporcionados por ganar carreras (quizás Kilian?, no sé). Pero ¿qué ocurriría si una multinacional decidiese apostar por estas carreras y otorga la cantidad de 1 millón de euros para los primeros clasificados? O si el trail running se convirtiese en disciplina olímpica con las correspondientes medallas? Yo creo que el panorama desgraciadamente cambiaría. ¿Alguno se sentiría tentado en cruzar la línea de lo legal y probar cosas nuevas? Mi corazón me dice que nó, pero no sé. (Me ha venido a la cabeza un anécdota ocurrida no se si en la Western States o en el UTMB de hace dos años, que algún corredor yankee insinuó algo acerca de los corredores europeos y el doping. Creo que la respuesta de Kilian fue algo como…: “venid a entrenar con nosotros, ved como lo hacemos y ¡dejaos de chorradas!, es decir, ¡entrenad menos volumen y mas desnivel!)


Luego está el tema de la televisión. La repercusión de las carreras de montaña en los medios es nula. Madrid, Barca, Messi, Cristiano,… y punto pelota. Kilian ha recibido últimamente algo de atención por medio de los algunos medios nacionales pero poca cosa. ¿Qué ocurriría si los informativos dedicasen más tiempo a nuestros deportistas de montaña? A ver qué os parece esta sucesión de acontecimientos: los mejores corredores del mundo comienzan a aparecer en la tele con cierta asiduidad, alguna multinacional ve un filón en el tema y decide soltar pasta; estos corredores siguen ganando y se hacen aun más conocidos, uno hace un anuncio de Coca-Cola y el otro de Rolex o Mercedes, los premios aumentan, la competitividad aumenta y en busca del oro alguno cae en la tentación de probar alguna sustancia extraña u opta por el dopaje genético! Dios mió, se me ha ido la cabeza, ¡por Dios que no ocurra algo así!




Llamadme ingenuo, romántico o lo que queráis pero no quiero que el dinero se apodere de nuestro deporte. En cierta manera me gusta la poca atención que genera nuestro deporte, nos lo hace más nuestro, más íntimo, menos contaminado. Me quito el sombrero ante deportistas como Miguel Heras, Zigor Iturrieta, Oihana Kortazar o Iker Karrera (por poner algunos ejemplos) que después de atender a sus obligaciones laborales y familiares sacan tiempo para entrenar duro y estar al nivel que están. Tener que hacer malabarismos todos los días para conseguir sus metas demuestra una voluntad enorme. Les hacen más humanos, más cercanos, más admirables, más respetados. Este semi-profesionalismo nos permite a todos los demás compartir algunos momentos con ellos en la línea de salida de algunas pruebas. ¿En que otro deporte ocurre lo mismo? Por poner un ejemplo más cercano… ¿quién ha podido charlar tranquilamente con Haile Gebreselassie en la línea de salida? Algunos pocos.


Para terminar, no me gustaría que los tentáculos del mercantilismo y la competitividad alcanzasen a nuestra montaña. Desgraciadamente, creo que el alpinismo ya está un poco contagiado de esta enfermedad y no me gustaría que esto ocurriese con el trail running.


¿Qué opináis?

3 comentarios:

  1. Creo que has tocado un tema más que interesante, y son muchas las preguntas que se podrìan plantear.
    Pero si algo es cierto, es que las montañas y las actividades que realizamos en ellas no necesitan de bombo y platillo, ni premios suculentos por obtener buenos resultados.
    La montaña te enseña humildad, y como tal, asì has de ser.
    Que nos dejen solos, que no sepan ni que existimos.
    ¿Dopaje? jejeje.
    Enhorabuena por el blog.

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  2. Totalmente de acuerdo con Karkajadas. No queremos que sepan que existimos. Porque si algo tengo claro es que a partir de ese momento, nada sería igual. Lástima.
    Esperemos no verlo, y en caso contrario, que tarde. Y mucho...

    Saludos.

    DavidP.

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