En cuanto a la frasecilla me parece el tipo de slogan que utilizaría cierta marca deportiva estadounidense; es más, creo que puede haber sido engendrada en un despacho por algún publicista o responsable de marketing vestido con un traje caro, con el fin de impactar a jóvenes y adolescentes. A mí me parece una frase dolorosa, agresiva y sensacionalista pero desgraciadamente muy acorde con los tiempos que vivimos donde ser el primero y tener éxito es lo mas importante sin dar importancia a si ese éxito ha sido conseguido con trampas o por haber aplastado o humillado a los rivales. El resultado ante todo y por encima de todo.
Mucho se ha hablado acerca de quién sufre más, el atleta de elite o el corredor popular. Podemos hablar de muchas carreras de ultrafondo o por etapas pero tomemos como ejemplo la prueba reina del ultrafondo en Europa, el Ultratrail Du Mont Blanc, 166 km . y 9900 m . de desnivel positivo. En esta prueba podemos encontrar desde la elite del running de montaña hasta los montañeros que cubren la distancia predominantemente andando. Los primeros son capaces de cubrir las distancia entre 21 y 24 horas y los segundos llegan casi hasta las 46 horas. Los primeros llegan cansados pero un par de horas después les ves sacándose fotos, tomando una cerveza y charlando tranquilamente, después de darse un meneo importante en torno al macizo del Mont Blanc. Pero para el resto de los corredores la realidad es bien distinta.
No sólo tardamos más en cubrir la distancia sino que el estado físico y mental en el que llegamos a meta no tiene comparación. Algunos llegan cojeando, otros mareados, con hipoglucemia; las caras son un poema, el cuerpo no responde pero el alma está intacta… después de un burrada de horas en la montaña y nada más llegar a meta, nos tumbamos en el suelo, nos llevan los familiares cual trapo de cocina hasta el hotel y no somos personas hasta un par de días después. Muscularmente destrozados, uñas que desaparecen y el estomago que engulle la comida como si fuésemos anacondas. Tanto los corredores de élite como los populares sufren, no hay duda de ello, pero ¿se puede comparar el sufrimiento de uno y de otro? ¿Podemos asegurar que el popular sufre menos que el de élite? Yo creo que las circunstancias son distintas.
La carga de entrenamiento que sufre un atleta de élite es brutal. Encadenar entrenamientos de tanta intensidad en algunos casos o de volumen en otros no está al alcance de cualquiera. Queremos saber cómo entrena Kilian, cómo se desarrollan sus sesiones de entrenamiento intentando averiguar donde está el truco, pero no nos damos cuenta que las circunstancias son distintas, es decir, aunque nos hiciésemos con la libreta de entrenos de Kilian no conseguiríamos nada (ni comprándonos sus S-Lab Sense que tanto están dando que hablar, aunque costasen 100 euros y no 200). ¿Por qué? Porque el atleta de élite es capaz de asimilar mucha carga día tras día, puede alcanzar cotas de sufrimiento muy elevadas durante las sesiones de entrenamiento, sufre presión, vive para ello, tiene nutricionista, fisio, masajista, etc. Y sobre todo tiene calidad. Nosotros podríamos realizar una semana de entrenamiento junto a él, estoy seguro, pero luego estaríamos 2 semanas en la UVI. En mi opinión el secreto está en la asimilación de las cargas. Los demás no tenemos ni la calidad, ni la genética ni sus circunstancias. Tenemos obligaciones laborales y familiares, entrenamos todo lo mejor que podemos y cuando podemos, sacrificamos horas de sueño o actividades sociales (amiguetes, cenas de cuadrilla, etc.) para dedicarle tiempo a nuestra pasión pero lo hacemos a gusto y contentos. El viaje que hemos recorrido los populares y la elite para llegar el día D a la hora H a la salida de la carrera no tiene comparación. En ocasiones pensamos que Miguel, Iker, Zigor, Lizzy, Sebastián, etc. no sufren porque no percibimos en sus cuerpos signos de agotamiento pero si comprobásemos las horas, la intensidad y el volumen de entrenamientos que han sido capaces de realizar y asimilar nos quedaríamos con la boca abierta.
El esfuerzo que supone esos 166 km . para unos y para otros no es el mismo. No me atrevo a decir si es mayor o menor, cada uno pensará de una manera. ¿Podría la elite hacer lo que hace trabajando en una fábrica de 8 a 16:00 y después de atender a los niños? Difícilmente. ¿Podríamos los populares entrar entre los 5 primeros en el UTMB entrenando durante un año como la élite? Lo dudo, no es tan fácil. Algunos corredores de elite no son profesionales al 100%, es decir, compaginan sus respectivos trabajos con el correr. Esto no hace más que aumentar mi admiración hacia ellos porque después de una jornada dura de trabajo, atender los asuntos familiares, calzarse las zapatillas y salir a correr con lluvia en pleno invierno exige voluntad e implicación, seas de élite o popular.
Por lo tanto, disfrutemos cada uno de la montaña como podamos, como las circunstancias nos permitan, sin mirar a los demás y disfrutando de un ambiente que no se da en muchos otros deportes, compartiendo minutos con los mejores, etc. Fijémonos en las caras de los corredores que entran a meta, esa sonrisa que refleja la satisfacción del objetivo conseguido, del sueño cumplido. Consolemos al retirado y animemos al que sufre y después de mirar esos rostros desencajados por el esfuerzo, ojerosos, sudorosos pero exultantes, ¡y ahora que alguien venga donde mí a decirme que son perdedores!
Grandes palabras Julen. Enhorabuena por tu Blog.
ResponderEliminarGente como tú es la que me ayuda a seguir día tras día. Cuanto me gustaría tener gente como tú y otros, cerca (sólo los veo en Internet). Un abrazo.
Gracias Jose Luis,
EliminarMe has hecho muy feliz viendo que puedo ser de ayuda para otras personas, aunque sea mediante palabras. Un abrazo y suerte.
Oso artikulu ona!! Yo soy un cero a la izquierda en el deporte. Aunque lo intente..no nací apra esto LO ASEGURO. Pero hay muchas otras cosas que se me dan relativamente bien y algunas (pocas :)) en las que he destacado estando en primeras posiciones.
ResponderEliminarEl esfuerzómetro real hace que cuando tu ganas 'carreras' sin pensar y tu compañero acaba de terminar su primera tras un calvario, esa noche las birras y la farra son por tu compañero, pero lo son de corazón.
No voy a ver carreras...porque yo quiero quedarme a aplaudir al último...porque me duele ver que los primeros ya se han ido y porque aunque para ese último es suficiente que le esperen sus amigos o familia, yo quiero que pueda ver una cara extraña que le aplaude...porque eso me hace feliz a mí.
Los deportistas de élite o populares..para mí todos merecéis un monumento...me parece una 'chaladura' (sana, eh? :)), un imposible y yo no sé quién se esfuerza más, pero si sé quién merece mayor admiración. Quién es capaz de disfrutar con los logros del compañero.