Durante esas miles de horas de entrenamiento, de ilusión, de soñar con los ojos abiertos recreaba situaciones increíbles en las que yo, como mi ídolo, metía ese lanzamiento imposible en el último minuto que daba la victoria en el partido. Algún día os contaré las barbaridades que llegué a hacer… como por ejemplo, salir a entrenar un día de invierno a la cancha de un colegio, de noche, saltando la valla, lloviendo y con los guantes de invierno del frio que hacía y únicamente con la luz de un farola. Ahora que pienso, no sé qué sentido tiene jugar al baloncesto con unos guantes de invierno… pero bueno, me imagino que a esa edad le encontré algún sentido.
- Hijo mío, ¿a dónde vas? – me decía mi madre desesperada y algo preocupada.
- Tengo que entrenar, será un ratito – le respondía.
Algún día lo contaré…
Tengo un adjetivo muy poco cariñoso para Lance Armstrong. No quiero comentar nada acerca de si es justo o no que le quiten los 7 Tours conseguidos, de que si todos se dopan y que él es una víctima más, que si dopado o no, los hubiese ganado pero con menos diferencia respecto al segundo, que dopado o no, hay que pedalear mucho para ganar 7 Tours, que con solo spaghettis y pollo no se pueden pedalear 250 kms o subir puertos especiales un día sí y otro también… patatín patatán. No entraré en ese tema. Cada uno tiene su opinión.
- Hijo mío, ¿a dónde vas? – me decía mi madre desesperada y algo preocupada.
- Tengo que entrenar, será un ratito – le respondía.
Algún día lo contaré…
Tengo un adjetivo muy poco cariñoso para Lance Armstrong. No quiero comentar nada acerca de si es justo o no que le quiten los 7 Tours conseguidos, de que si todos se dopan y que él es una víctima más, que si dopado o no, los hubiese ganado pero con menos diferencia respecto al segundo, que dopado o no, hay que pedalear mucho para ganar 7 Tours, que con solo spaghettis y pollo no se pueden pedalear 250 kms o subir puertos especiales un día sí y otro también… patatín patatán. No entraré en ese tema. Cada uno tiene su opinión.
En lo que sí creo que coincidiremos muchos de nosotros es en lo siguiente: Uno, que Lance le ha dado una estocada mortal al ya apaleado y moribundo ciclismo. No ha hecho más que dar la razón a aquellos que definían al ciclismo como un deporte de drogadictos y dos… y lo más importante para mí… que ha destrozado los sueños de miles de niños, adolescentes y jóvenes que soñaban con ser como él. Que se suben a la bici y entrenan duro y con ilusión para así poder algún día ser como su ídolo. Yo cuando era joven me metía a la cama con el balón de baloncesto y dormía con él (no me preguntéis por qué ni para qué); me imagino que algunos niños se dormirían soñando en ganar la carrera de su pueblo, cerrarían los ojos y se verían atacando al pelotón en un repecho o corriendo velozmente en el llano como Lance en una contrarreloj…
Su ídolo ha hecho trampas y lo más grave de todo, su ídolo les ha mentido una y otra vez. Os dejo algunas de las confesiones de Armstrong de los últimos años:
2001. "Todo el mundo quiere saber mi fórmula: rodar en bicicleta seis horas al día. Aprieto, estudio y escucho a mi cuerpo”
2005. "Quiero decir a los que no creen en el ciclismo, a los cínicos y a los escépticos, que lo siento. Lo siento por los que no creen en los milagros, pero en el Tour no hay secretos, es una prueba tan difícil que sólo el trabajo diario te lleva a la victoria. Jamás me he dopado. Lo digo una vez más, pero llevo siete años diciéndolo y no sirve para nada”.
2007. "Después de estar en el lecho de muerte, ¿crees que iba a regresar al deporte y decirle al doctor: 'OK, dame todo lo que tienes porque sólo quiero ir más rápido'. Imposible, jamás haría eso".
2009. "Mis detractores dicen que soy arrogante, un dopado y un impostor. Pero pueden decir lo que quieran porque no vuelvo al ciclismo por ellos".
2012. "Jamás me he dopado, llevo 25 años haciendo deporte y nunca he dado positivo"
Ante unos sueños rotos, ante un ídolo destruido, la reacción de esos niños y jóvenes ante semejante varapalo puede ser, por ejemplo, “Bueno… todos se dopan y mi ídolo también, como todos”. Problema a la vista. “Yo también me doparé como mi ídolo pero a mí no me pillarán”. Problema. Pueden decir… “¡Vaya mierda de deporte, a la mierda con la bici!” Esto es un problema y es muy triste también. Es como si a mí me hubiesen dicho que a Michael Jordan los contrarios de dejaban meter canasta. Madre mía… Pero algún niño o niña pensará… ¡yo seré el mejor y no me meteré nada! Este, aunque hoy en día suene inocente e imposible, sí… este último chico o chica es a día de hoy nuestra única esperanza.
Ahora que tengo 38 años y aunque ya no esté para idolatrar a nadie, sigo manteniendo intacto el hambre por aprender y mejorar; a veces aprendiendo un tipo de cosas de los que son mejores que yo y en otras ocasiones he aprendido, otro tipo de cosas muy distintas, de la gente más floja que yo. Pero siempre dispuesto a aprender.
Para terminar, creo que todo niño debe tener un referente en quien fijarse, en querer alcanzar o copiar. Los ídolos son necesarios, siempre y cuando no nos defrauden. Ellos nos hacen soñar, nos hacen entrenar duro, nos motivan. Yo tuve el mío y me siento orgulloso y también agradecido porque no me defraudó.
Yo no sé si Lance Armstrong debe ir a la cárcel como algunos defienden. Estas serían las consecuencias penales de su infracción. Pero también se le debería de aplicar una condena moral, manifestada en modo de desprecio a todo lo que haga. Y ahora, con esta etiqueta a cuestas, que participe en todos los triatlones que quiera.
También le queda la opción de pedir perdón, aunque llegue un poco tarde. Pero no un perdón ante las cámaras sino un perdón mirando a los ojos a todos estos de la foto. No debe ser nada fácil… a no ser que seas un ser carente de valores.
2001. "Todo el mundo quiere saber mi fórmula: rodar en bicicleta seis horas al día. Aprieto, estudio y escucho a mi cuerpo”
2005. "Quiero decir a los que no creen en el ciclismo, a los cínicos y a los escépticos, que lo siento. Lo siento por los que no creen en los milagros, pero en el Tour no hay secretos, es una prueba tan difícil que sólo el trabajo diario te lleva a la victoria. Jamás me he dopado. Lo digo una vez más, pero llevo siete años diciéndolo y no sirve para nada”.
2007. "Después de estar en el lecho de muerte, ¿crees que iba a regresar al deporte y decirle al doctor: 'OK, dame todo lo que tienes porque sólo quiero ir más rápido'. Imposible, jamás haría eso".
2009. "Mis detractores dicen que soy arrogante, un dopado y un impostor. Pero pueden decir lo que quieran porque no vuelvo al ciclismo por ellos".
2012. "Jamás me he dopado, llevo 25 años haciendo deporte y nunca he dado positivo"
Ante unos sueños rotos, ante un ídolo destruido, la reacción de esos niños y jóvenes ante semejante varapalo puede ser, por ejemplo, “Bueno… todos se dopan y mi ídolo también, como todos”. Problema a la vista. “Yo también me doparé como mi ídolo pero a mí no me pillarán”. Problema. Pueden decir… “¡Vaya mierda de deporte, a la mierda con la bici!” Esto es un problema y es muy triste también. Es como si a mí me hubiesen dicho que a Michael Jordan los contrarios de dejaban meter canasta. Madre mía… Pero algún niño o niña pensará… ¡yo seré el mejor y no me meteré nada! Este, aunque hoy en día suene inocente e imposible, sí… este último chico o chica es a día de hoy nuestra única esperanza.
Ahora que tengo 38 años y aunque ya no esté para idolatrar a nadie, sigo manteniendo intacto el hambre por aprender y mejorar; a veces aprendiendo un tipo de cosas de los que son mejores que yo y en otras ocasiones he aprendido, otro tipo de cosas muy distintas, de la gente más floja que yo. Pero siempre dispuesto a aprender.
Para terminar, creo que todo niño debe tener un referente en quien fijarse, en querer alcanzar o copiar. Los ídolos son necesarios, siempre y cuando no nos defrauden. Ellos nos hacen soñar, nos hacen entrenar duro, nos motivan. Yo tuve el mío y me siento orgulloso y también agradecido porque no me defraudó.
Yo no sé si Lance Armstrong debe ir a la cárcel como algunos defienden. Estas serían las consecuencias penales de su infracción. Pero también se le debería de aplicar una condena moral, manifestada en modo de desprecio a todo lo que haga. Y ahora, con esta etiqueta a cuestas, que participe en todos los triatlones que quiera.
También le queda la opción de pedir perdón, aunque llegue un poco tarde. Pero no un perdón ante las cámaras sino un perdón mirando a los ojos a todos estos de la foto. No debe ser nada fácil… a no ser que seas un ser carente de valores.
Estupendas reflexiones.
ResponderEliminarTe doy toda la razón, pero al final sólo somos humanos, con todas nuestras hipocresías, bajezas, ambiciones y penurias. No por llamarse de una determinada manera, haber conseguido determinados objetivos deportivos, haberse hecho famoso, son mejores personas, eso está claro.
Pienso que la clave de todo esto estaría en la educación que reciben los niños, y eso es tarea de los padres; fomentar la no competitividad, el no idolatrar a nada ni a nadie, no dejarse influenciar por nada ni nadie y aprender a conseguir las cosas por uno mismo.
Evidentemente, en los tiempos que corren esto es harto difícil, por no decir imposible, pero eso no es óbice para que el que decida tener hijos asuma su parte de responsabilidad en todo el timglado...
En fin, que me enrollo...
Salud!
Pd: En octubre del año pasado escribí sobre el lío de Armstrong y mi opinión acerca del dopping. Aquí te dejo el enlace por si quieres echarle un vistazo, espero que no te importe:
http://cogiendoforma.blogspot.com.es/2012/10/doping-pan-y-circo.html
Acabo de leer tu artículo. Interesantes también tus reflexiones. El debate entre DOPING SI o DOPING NO, es un tema muy profundo, del que se puede hablar largo y tendido. Coincido plenamente en tu valoración de la una sociedad hipócrita. Yo he preferido orientar mi articulo más desde el punto de vista de destruccion de los sueños. Un saludo.
Eliminartotalmente de acuerdo Julen. Gran post!!
ResponderEliminarGracias Javi.
EliminarYo creo que es muy muy sano tener sueños y muy habitual tener ídolos.
ResponderEliminarLos sueños son nuestros, el dueño del sueño es el niño y Lance Armstrong debe ayudarle a perfilarlo, si es que así lo hace, pero su sueño nunca debe ser el de Lance Armstrong, ni el de ser como Lance Armstrong.
Por eso yo prefiero los tutores o guías a ídolos. El buen tutor aconseja, guía, apoya y deja a sus pupilos superar sus propias limitaciones. El tutor trabaja por tus propios sueños.
Creo que Lance Armstrong tiene tantos defectos como virtudes. Si sus virtudes son capaces de enseñarnos la mitad que sus defectos, no habrá más sueños rotos, si no un tutor que nos enseña unas lecciones a las que quizás no quisimos 'apuntarnos', pero que tan válidas son para alcanzar nuestro sueño.
Los niños tienen que aprender a construir desde lo positivo y sobre todo desde aquello que se percibe como negativo. Sentirse defraudado a una tierna edad es una lección dura, pero el sentir está en uno mismo y el fraude en otros. No hagamos lo peor de los demás nuestro...no tiene ningún sentido.
Entiendo perfectamente lo que quieres expresar..pero creo que es una hermosa oportunidad para crecer, si quien tienes al lado, sabe aconsejarte.
Totalmente de acuerdo, Leire. Creo los tutores o guias deben ayudarte en ciertos momentos del viaje, en ocasiones agarrandote de la mano y en ocasiones soltandotela, para que los pasos los des tu solo. Tener un referente en quién fijarte en positivo, incluso querer imitarle en ciertas ocasiones. Luego, con el tiempo te vas dando cuenta, que no serás como tu idolo. Serás mejor o peor o diferente... o luego resulta que te das cuenta que no quieres ser como el. La manera en que los adultos hemos recibido la noticia de Lance y la manera en que el niño asimila esa noticia es diferente. Un saludo.
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