Es posible que muchos no hayáis oído hablar de los alpinistas Anderl Heckmair, Ludwig Vörg, Fritz Kasparek y Heinrich Harrer. Los dos primeros alemanes, los otros austriacos. Estos cuatro alpinistas lograron ascender por primera vez el Eiger en 1938. El triunfo de esta expedición fue hábilmente utilizada por la maquinaria propagandística nazi de la época, llegando a fotografiarse sus miembros con el mismísimo Adolf Hitler. Un Adolf Hitler que pregonaba el dominio del hombre sobre la naturaleza y que mejor muestra de este dominio que la conquista de la última cima de los Alpes o como él mismo denominaba “el último problema de los Alpes”, la temida cara norte del Eiger. Animaba a los jóvenes alemanes a superar el desafío que para la raza aria suponía escalar su cara norte, la pared vertical que aún no había sido conquistada por el hombre. Conquistarla en el año 1936, durante las Olimpiadas de Berlín, hubiese sido una gran noticia para Hitler pero no pudo ser. Las expediciones alemanas fracasaron…
EIGER / EL "OGRO"
El Eiger, “ogro” en alemán, no es una montaña excesivamente alta. Con sus 3.970 metros de altura, era en 1936 (año durante el cual transcurre la película) uno de los principales desafíos para los escaladores de la época. El Eiger se yergue hoy como una de las montañas que se ha cobrado más vidas humanas, más de medio centenar, lo que hace honor a su significado en alemán. Si bien su lado sur había sido conquistado a finales del siglo XIX, el lado norte, con una fachada vertical de 1.800 metros permanecía aun imbatible.
"NORTH FACE", LA PELICULA
La película narra la historia de dos alpinistas alemanes de 23 años, Anderl Hinterstoisser y Toni Kurz, que deciden atacar la mítica cima. Después de escalar con éxito cimas menores el corazón y el hambre de desafío les lleva a plantearse la escalada del “ogro”. Anderl, convencido de sus posibilidades, intenta convencer a Toni, más prudente en un principio. Distintos caracteres pero ambos indispensables y compatibles en la montaña porque hay momentos para la valentía, en ocasiones necesitamos de un empujoncito para conseguir nuestros sueños y hay momentos para la prudencia, para reconocer nuestras posibilidades reales y tomar decisiones. De esta manera en julio de 1936, después de recorrer más de 600 kilómetros en bicicleta desde sus respectivos pueblos, Anderl y Toni llegan a Grindenwald, a los pies de la montaña y comienzan la escalada junto a dos compañeros austriacos. Ante todos ellos se presentará la gloria que alimenta su ímpetu en la escalada, que les dispone a realizar un sacrificio sobrehumano, e incluso suicida, frente a los sentimientos de compasión, sentido común y solidaridad. Comienza a erigirse la leyenda…
North face es ante todo un auténtico relato de superación que nos adentra en el apasionante y a veces desgarrador mundo del alpinismo, trasladándonos a una de sus gestas más legendarias. Nos muestra la lucha entre el hombre y la naturaleza, entre el ogro y el ser humano. No debemos olvidar que si hoy en día la cara norte continúa siendo una arriesgada empresa, mucho más lo era en aquel entonces, con medios mucho menos sofisticados; sus ropas de abrigo de lana, zapatos de cuero, la soga utilizada de cáñamo y los pitones que clavaban en la roca fabricados por ellos mismos.
Yo os la recomiendo. Pese a que el relato me ha llevado a anticiparos el destino de los dos protagonistas, esto no resta ni un ápice de emoción a la película. Retrocederéis a la época, por momentos os sentiréis colgados en la pared, junto al “ogro”.
Porque el éxito de una conquista se erige sobre el alma, el esfuerzo y el sacrificio de los que lo intentaron anteriormente y fracasaron. Porque no hay fracaso si hay intento. El fracaso enseña mas que el éxito aunque es un dátil que nadie quiere probar. Cuando triunfes recuerda a los que lo intentaron antes que tú y fracasaron. Esto te hará más humano y te recordará que tu historia no siempre tiene por qué tener un final feliz y menos aun cuando te enfrentas a la madre naturaleza.
Los que pensáis ver la película no leáis a partir de aquí.
Desarrollo de la película.
El 18 de julio de aquel año, dos cordadas (equipos de escaladores), una formada por los alemanes Anderl Hinterstoisser y Toni Kurz, y otra por los austriacos Edi Rainer y Willi Angerer, inició el ascenso. La subida fue en todo momento mientras el tiempo atmosférico lo permitió, seguida por el público en la estación de Grindenwald a través de prismáticos.
Angerer dio muestras de ascender con dificultad, supuestamente había sido golpeado por algunas rocas. Para el día 19, ambas cordadas se habían unido ascendiendo como un solo equipo. Hinterstoisser resolvió la clave de ascenso a la montaña, abriendo un paso que hoy lleva su nombre. El día 20, Kurtz y Hinterstoisser iniciaron el ascenso en solitario para poco después volver con sus compañeros austriacos, se supone que tras considerar que era más importante salvar la vida de Angerer cuyas condiciones habían empeorado. El 21 se vio descender ya sólo a tres, el tiempo empeoró y una fuerte tormenta trajo consigo algún alud de nieve, mientras que la lluvia acabó convirtiéndose en hielo dificultando aún más el descenso. Un error hizo que los tres se precipitasen quedando suspendidos en el aire, y siendo Kurtz el único superviviente.
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Tras la tormenta, unos gritos de auxilio permitieron que el guardavía Albert von Allmen (de la estación de la montaña) escuchase a Kurtz y fuera en busca de ayuda. Un grupo de guías de montaña llegó en su auxilio, pero el hielo les impedía acercarse hasta él, y llegada la oscuridad de la noche hubieron de abandonarle, entre sus gritos de desesperación. Sujeto por un anillo de cuerda Kurtz permaneció con vida contra todo pronóstico toda la noche, pero la perdida de un guante le provocó la congelación de la mano izquierda.
A la mañana siguiente acudieron de nuevo en su rescate y le pidieron que para salvarle consiguiera descender ayudado de más cuerda, por lo que con sus escasas fuerzas hubo de soltarse de sus otros dos compañeros, pues la cuerda que le habían facilitado no era suficiente. Se desenganchó pero tras no pasar uno de los nudos por la anilla, quedó suspendido en el vacío atado y a tan sólo unos metros de distancia de sus impotentes rescatadores. Sus últimas palabras antes de morir fueron “ya no puedo más”.
Yo vi "La llamada del Silencio", narrada por Joe Simpson". Creo que ha sido la única película-documental que ha hecho que me emocione.
ResponderEliminarArkaitz.
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Hola, estoy buscando un documental que se llama: 'El Eiger como en 1938', De un par de alpinistas que suben la cara norte del Eiger con los medios de 1938, alguién sabe cómo o dónde puedo encontrarlo? No lo encuentro por ninguna página. Gracias de antemano.
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