martes, 25 de diciembre de 2012

PERIFÉRICOS

No..., no me he vuelto un vago.

Ni me he olvidado del blog.

Es que soy incapaz de realizar un post que merezca la pena.

Llevo los últimos días comenzando algunas entradas pero no me gusta el resultado final. Comienzo bien pero luego me digo… Julen, ¿qué estás diciendo? A continuación, papelera de reciclaje. Y así un par.


En ocasiones, a uno se le agolpan las ideas para poder escribir y no sabe en qué orden desarrollarlas para luego, posteriormente publicarlas. Te sientas delante del teclado, empiezas y las palabras van saliendo. Después de una hora y varias correcciones ortográficas, el pastel sale del horno y uno queda muy satisfecho o satisfecho. Pero en este momento ando lejos de esta sensación. Por lo tanto, me he dicho a mí mismo… ¡Pues dí que estas bloqueado y punto!

Comencé un post acerca de las promesas que realizamos en estas fechas de cara al año que viene. Ya sabéis, aquello de… dejar de fumar, adelgazar, empezar al gimnasio,… Pero nada. Luego, me puse a escribir acerca la Antártida. Me dió la sensación que últimamente es lo único que hago, hablar acerca de la Antártida. Estoy preparando la charla acerca de la carrera, cuelgo fotos y videos en Facebook de la carrera, hasta hace poco la Antártida en los medios de comunicación, etc. y me he dicho… ¡la gente tiene que estar harta de mí y de la Antártida! Le dediqué una línea y lo dejé.

Luego decidí hablar sobre el tema nutricional en estas fechas. Nada.

Y aquí estoy.

Mañana cumplo un mes desde que llegué de la Antártida (jo**…, otra vez la Antártida). Mañana cumplo un mes de descanso forzado, me conceden el tercer grado penitenciario, lo cual, ¡me dan el permiso para calzarme las zapatillas! La Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de mi casa (¿a que no hace falta aclarar este punto?) me levanta la sanción. He tenido limitado el acceso a internet y totalmente prohibido la visita a ciertas páginas de carácter deportivo/aventurero durante este mes. Aunque he infringido la ley en algunas ocasiones (a escondidas, ¡lo que cuesta dar al botón de minimizar para que no te pillen!) mañana tengo libertad total en este aspecto. También fui a escondidas a limpiar y poner a punto la bici de montaña. Me pillaron en la infracción y la sanción fue leve, una amonestación verbal. ¡Pero que no vuelva a ocurrir!, me dijeron.

He llegado a un par de conclusiones durante este último mes. La primera es que la vida es muy distinta si no practicas lo que te gusta. La segunda es que correr no es únicamente realizar ejercicio físico. Para mí, es una vía para el equilibrio mental y emocional. Me relaja y durante el entrenamiento voy pensando en mis cosas y en muchas ocasiones se me ocurren temas para poder escribir. Llego a casa cansado pero contento. La tercera, como dice un buen amigo, es que los periféricos son muy importantes. Periféricos se refiere al entorno de uno, la familia y el trabajo. Yo no podría llevar a cabo las carreras que hago si no fuese por una familia comprensible, la cual, me permite que desarrolle mi afición.


- Me voy a correr, entretanto, ¿puedes encargarte tú de los niños?. Es una de las frases que más utilizo durante la temporada. El 90% de las ocasiones la respuesta suele ser afirmativa. Me siento afortunado por esto y creo que ellos también se merecen un tiempo sin oír mi petición.

La verdad, es que, esa Presidenta del Tribunal Superior de Justicia de mi casa de la que antes he hablado es la que me facilita desarrollar mi pasión. Sin su comprensión, sería imposible hacer lo que hago. 





Por lo tanto, corrijo lo que dice mi amigo, los periféricos no son importantes, son fundamentales.

 

2 comentarios: