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lunes, 16 de diciembre de 2013

DE VERNE A MANDELA

De hoy no pasa…

La última entrada la publiqué el día 6 de diciembre, han pasado 10 días, es imperdonable.

Acabo de llegar a casa del trabajo, son las 17:30 y creo debería sentarme delante del ordenador una horita y escribir algo. Tengo un par de temas que merecen la pena ser tratados, venga vamos a escribir un rato.

¿Y entrenar?

Creo que debería salir a correr un rato y luego escribir. Sí… eso estaría bien... aunque luego con los niños, los baños, la cena… se me va a hacer tarde. Me van a dar las diez de la noche y luego me va a dar pereza. Pero teniendo un par de horas libres ahora, ¡cómo no las voy a aprovechar! Nada, me voy a correr.

¿O cojo la MTB? Me apetece más… no, pero se me va a hacer de noche. No, mejor a correr… A correr… ¿subo al monte, al Burgoa o corro por el pueblo, por asfalto? No me apetece correr por asfalto, me aburro, coches, ruido, siempre por los mismos lugares, las mismas calles,… nada, ¡me voy al monte! ¡Decisión tomada! ¡Como me gusta el monte! Hará fresquillo… da igual, ¡qué bien!

Calcetines oscuros por el barro. ¡Mierdaaaaaaa!! ¡Las zapatillas de monte me las he dejado en Gernika!!!!!!! ¿Y que me pongo??? (como si fuese a una boda) No puedo ir al monte con las Asics de asfalto. Mierdaaaaa…!

Nada, tendré que entrenar en asfalto. ¡Qué pereza! O mejor me quedo en casa. Ni hablar Julen, ¡a correr!

Venga… buscando señal GPS… Encontrado. Start.

Empezaré yendo a la Tala.

Hablaré de Mandela. Llevo varios días con ello en la cabeza. Un hombre así merece unas líneas, ¡qué ser humano! 27 años en la cárcel para luego salir y perdonar a los que le encarcelaron… Además he recopilado un par de citas de Madiba que me gustan y junto con los documentales que he visto estos días, puede quedarme una bonita entrada. Pero... ¿que soy, periodista o corredor?

Y además, ¿qué puedo decir yo de este gran hombre que no se haya dicho ya? La gente ya habrá visto algunos documentales o la película Invictus y ¿qué puedo decirles yo?

¿Qué hago? Bueno, por lo menos pondré un par de citas…


"Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo”. 

“No me juzgues por mis éxitos. Júzgame por todas las veces que me he caído y me he vuelto a levantar”




A decir verdad, también es cierto que hace mucho tiempo que no escribo acerca de material deportivo. Ni me acuerdo de lo último que publique referente a este tema. No estaría mal hablar de la mochila VOJD ABS Haglöfs. A la gente le va a gustar saber que hay una mochila que nos puede salvar la vida ante una avalancha. ¡La verdad es que es la leche! Tiras de una cuerda, se inflan dos globos (uno a cada lado de la mochila) y te pueden proporcionar una cámara de aire por un tiempo… con suerte, hasta que te rescaten. ¿A quien se le ha podido ocurrir? Nada, el Nobel para él… 

A los esquiadores les puede interesar… ¿y a los demás?




También es bueno el video de North Face que tiene como protagonista a Buzz Aldrin. Muchos no le conocerán, aunque fue el segundo ser humano en pisar la Luna, después de Neil Armstrong. Pero ¿quién se acuerda de los segundos clasificados…? Pues yo. 

Me gusta cuando dice que aún hay mucho que explorar, que el instinto de exploración es innato al ser humano, que nacemos con él, sino no hace falta más que mirar a un niño recién nacido como mira a todas partes y escudriña el entorno. No entiende nada, pero el instinto es el instinto. A nosotros aún nos queda mucho que explorar, sobre todo en el fondo del mar, el gran desconocido. La tierra la tenemos, en su gran mayoría, explorada de “pe a pa”. Quedan pocos secretos, pero el fondo marino… ¿qué nos espera? Aunque creo que…




¡Mierdaaaaa! ¡Me he ido a la mitad de la carretera! Julen, cuidau, ¡céntrate! ¡Menudo bocinazo me ha dado el tío! ¡Que susto… jod*rrr! Razón tiene Laura cuando me dice que debo correr con el windstopper amarillo cuando voy de noche. No le voy a decir nada si no…

¿Dónde iba…?

Ah!! … lo de explorar… 


Creo que a lo que realmente debemos mirar es a nuestro interior, explorarnos a nosotros mismos. Montarnos en el Nautilus y sumergirnos en nuestro interior. Bajar a profundidades raras veces visitadas, prácticamente inexploradas… y a ver que encontramos. Julio Verne nos presentó el fondo marino como un lugar oscuro donde habitaban seres monstruosos, calamares y pulpos gigantes. Es posible que en nuestro interior encontremos algo parecido, algún que otro monstruo. Si… ¡es posible! Aun así el viaje merecería la pena, encontrarnos en nuestra alma con seres inesperados, como el miedo o la falta de empatía, y enfrentarnos a ellos. O encontrarnos también con seres maravillosos, como la valentía o el coraje, conocerles y pedirles que no nos abandonen…

¿Qué hago voy de nuevo al rompeolas o me voy a casa? Venga un poquito más, hoy para cenar ¿que pongo…? Todos los días igual… ¡ya sé! Tortilla de patatas de jamón y queso y luego pongo un tomate en ensalada. Ya está.

Bueno, ¿de que hablaré en el blog?

Ah!!!!! Estaba pensando en la exploración. Recuerdo el poema de William Ernest Henley que cita Nelson Mandela en la peli:


Allá de la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
agradezco al dios que fuere,
por mi alma inconquistable.

En las garras de la circunstancia
no he gemido ni llorado.
Bajo los golpes del destino
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos,
Yacen los horrores de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.

Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,
Cómo cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma
.


Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma… impresionante. Madiva sería un gran maestro, un buen capitán para guiarnos a bordo del Nautilus rumbo a nuestro interior.

STOP. 

Bueno, un entreno más, aún queda mucho para la carrera del año que viene… pero hay que empezar.

… Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma...

Descanse en paz.

Bueno, son las 22:15. Y ahora... ¿qué escribo?








sábado, 7 de abril de 2012

EIGER / "EL OGRO"

Es posible que muchos no hayáis oído hablar de los alpinistas Anderl Heckmair, Ludwig Vörg, Fritz Kasparek y Heinrich Harrer. Los dos primeros alemanes, los otros austriacos. Estos cuatro alpinistas lograron ascender por primera vez el Eiger en 1938. El triunfo de esta expedición fue hábilmente utilizada por la maquinaria propagandística nazi de la época, llegando a fotografiarse sus miembros con el mismísimo Adolf Hitler. Un Adolf Hitler que pregonaba el dominio del hombre sobre la naturaleza y que mejor muestra de este dominio que la conquista de la última cima de los Alpes o como él mismo denominaba “el último problema de los Alpes”, la temida cara norte del Eiger. Animaba a los jóvenes alemanes a superar el desafío que para la raza aria suponía escalar su cara norte, la pared vertical que aún no había sido conquistada por el hombre. Conquistarla en el año 1936, durante las Olimpiadas de Berlín, hubiese sido una gran noticia para Hitler pero no pudo ser. Las expediciones alemanas fracasaron… 



EIGER / EL "OGRO"
El Eiger, “ogro” en alemán, no es una montaña excesivamente alta. Con sus 3.970 metros de altura, era en 1936 (año durante el cual transcurre la película) uno de los principales desafíos para los escaladores de la época. El Eiger se yergue hoy como una de las montañas que se ha cobrado más vidas humanas, más de medio centenar, lo que hace honor a su significado en alemán. Si bien su lado sur había sido conquistado a finales del siglo XIX, el lado norte, con una fachada vertical de 1.800 metros permanecía aun imbatible. 




"NORTH FACE",  LA PELICULA
La película narra la historia de dos alpinistas alemanes de 23 años, Anderl Hinterstoisser y Toni Kurz, que deciden atacar la mítica cima. Después de escalar con éxito cimas menores el corazón y el hambre de desafío les lleva a plantearse la escalada del “ogro”. Anderl, convencido de sus posibilidades, intenta convencer a Toni, más prudente en un principio. Distintos caracteres pero ambos indispensables y compatibles en la montaña porque hay momentos para la valentía, en ocasiones necesitamos de un empujoncito para conseguir nuestros sueños y hay momentos para la prudencia, para reconocer nuestras posibilidades reales y tomar decisiones. De esta manera en julio de 1936, después de recorrer más de 600 kilómetros en bicicleta desde sus respectivos pueblos, Anderl y Toni llegan a Grindenwald, a los pies de la montaña y comienzan la escalada junto a dos compañeros austriacos. Ante todos ellos se presentará la gloria que alimenta su ímpetu en la escalada, que les dispone a realizar un sacrificio sobrehumano, e incluso suicida, frente a los sentimientos de compasión, sentido común y solidaridad. Comienza a erigirse la leyenda…



North face es ante todo un auténtico relato de superación que nos adentra en el apasionante y a veces desgarrador mundo del alpinismo, trasladándonos a una de sus gestas más legendarias. Nos muestra la lucha entre el hombre y la naturaleza, entre el ogro y el ser humano. No debemos olvidar que si hoy en día la cara norte continúa siendo una arriesgada empresa, mucho más lo era en aquel entonces, con medios mucho menos sofisticados; sus ropas de abrigo de lana, zapatos de cuero, la soga utilizada de cáñamo y los pitones que clavaban en la roca fabricados por ellos mismos.




Yo os la recomiendo. Pese a que el relato me ha llevado a anticiparos el destino de los dos protagonistas, esto no resta ni un ápice de emoción a la película. Retrocederéis a la época, por momentos os sentiréis colgados en la pared, junto al “ogro”.

Porque el éxito de una conquista se erige sobre el alma, el esfuerzo y el sacrificio de los que lo intentaron anteriormente y fracasaron. Porque no hay fracaso si hay intento. El fracaso enseña mas que el éxito aunque es un dátil que nadie quiere probar. Cuando triunfes recuerda a los que lo intentaron antes que tú y fracasaron. Esto te hará más humano y te recordará que tu historia no siempre tiene por qué tener un final feliz y menos aun cuando te enfrentas a la madre naturaleza.



Los que pensáis ver la película no leáis a partir de aquí.

Desarrollo de la película.

El 18 de julio de aquel año, dos cordadas (equipos de escaladores), una formada por los alemanes Anderl Hinterstoisser y Toni Kurz, y otra por los austriacos Edi Rainer y Willi Angerer, inició el ascenso. La subida fue en todo momento mientras el tiempo atmosférico lo permitió, seguida por el público en la estación de Grindenwald a través de prismáticos.

Angerer dio muestras de ascender con dificultad, supuestamente había sido golpeado por algunas rocas. Para el día 19, ambas cordadas se habían unido ascendiendo como un solo equipo. Hinterstoisser resolvió la clave de ascenso a la montaña, abriendo un paso que hoy lleva su nombre. El día 20, Kurtz y Hinterstoisser iniciaron el ascenso en solitario para poco después volver con sus compañeros austriacos, se supone que tras considerar que era más importante salvar la vida de Angerer cuyas condiciones habían empeorado. El 21 se vio descender ya sólo a tres, el tiempo empeoró y una fuerte tormenta trajo consigo algún alud de nieve, mientras que la lluvia acabó convirtiéndose en hielo dificultando aún más el descenso. Un error hizo que los tres se precipitasen quedando suspendidos en el aire, y siendo Kurtz el único superviviente.
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Tras la tormenta, unos gritos de auxilio permitieron que el guardavía Albert von Allmen (de la estación de la montaña) escuchase a Kurtz y fuera en busca de ayuda. Un grupo de guías de montaña llegó en su auxilio, pero el hielo les impedía acercarse hasta él, y llegada la oscuridad de la noche hubieron de abandonarle, entre sus gritos de desesperación. Sujeto por un anillo de cuerda Kurtz permaneció con vida contra todo pronóstico toda la noche, pero la perdida de un guante le provocó la congelación de la mano izquierda.

A la mañana siguiente acudieron de nuevo en su rescate y le pidieron que para salvarle consiguiera descender ayudado de más cuerda, por lo que con sus escasas fuerzas hubo de soltarse de sus otros dos compañeros, pues la cuerda que le habían facilitado no era suficiente. Se desenganchó pero tras no pasar uno de los nudos por la anilla, quedó suspendido en el vacío atado y a tan sólo unos metros de distancia de sus impotentes rescatadores. Sus últimas palabras antes de morir fueron “ya no puedo más”.