domingo, 26 de mayo de 2013

EL EFECTO PLACEBO

Buceando por una de las carpetas que tengo con información curiosa, me he topado con el siguiente video. No tiene nada que ver con la naturaleza, ni con el Trail running ni con la aventura. Trata sobre el poder de la mente, del efecto placebo. 




Es un video curioso.

¿Cómo es posible que algo sin ninguna sustancia activa nos pueda hacer mejorar? Un placebo es una terapia que no tiene eficacia médica, pero que puede tener efectos curativos o paliativos si el paciente cree que en realidad está tomando una medicina. El placebo puede ser una pastilla, pero también una operación quirúrgica o un tratamiento psicoterapéutico, que sólo tiene resultados por el mero hecho de que algunas personas creen que se están medicando. ¿Es posible que nuestro organismo sea capaz de producir de forma natural algunas sustancias que nos administramos por vía farmacológica? Creo que este tema no agradará demasiado a las empresas farmacéuticas (bueno… me ha venido a la mente la película El jardinero fiel, pero no tiene nada que ver con lo que nos atañe)

Si nosotros queremos que funcione, funcionará. 

Ahora me ha venido a la mente otro ejemplo. Si nosotros creemos que comprándonos las zapatillas que usa Kilian, las S-Lab Sense, podemos mejorar nuestras marcas, es posible que así ocurra, en un primer momento por lo menos. Aunque puede que no sea un tipo de zapatilla que nos venga bien por nuestras características físicas o morfológicas, si realmente creemos que nos irán bien, así ocurrirá. Convencemos a nuestro cerebro que son la mejor opción y las compramos. Porque… ¿si a él le van tan bien? ¡No, no os riais! A veces funcionamos de esta manera absurda. Yo creo que no se ven más modelos de esta zapatilla, no porque no se ajusten a nuestras características, sino por su coste económico (alrededor de 200,00 euros). 

El primer entrenamiento con las zapatillas es genial, tenemos la sensación de volar, de ligereza. ¡Qué bien voy con ellas!... ¡Estaba seguro que me irían bien!... ¡Cómo no me he dado cuenta hasta ahora!, etc. Luego, con el tiempo, empiezan a aparecer las molestias aquí y allí y lo peor de todo es que pueden desencadenar en una lesión. Pero para esto también tenemos respuesta: ¡Será que he abusado del asfalto!... ¡Es que ya están un poco gastadas!... o… ¿Habré hecho un movimiento “raro”, sin darme cuenta y de ahí viene la lesión?




El efecto placebo está constatado médicamente, pero hasta ahora no se sabía cómo operaba. Su eficacia se ha relacionado con diversos factores, como la forma de administrarlo (vía oral o intramuscular), el procedimiento de aplicación (por ejemplo después de escuchar largo tiempo a un paciente) o incluso el precio de un producto, que hace más creíble su eficacia terapéutica. 

El aspecto psicológico del placebo, particularmente el poder de la sugestión, es lo que se ha considerado hasta ahora para explicar su éxito, y con esta suposición gran parte de la comunidad médica ha reconocido su eficacia y lo aplica en numerosos casos.

Bueno, ahí va el video.

Por cierto, estoy seguro que alguno pensará que me he pasado con el ejemplo de las zapatillas Salomon. No es mi intención dármelas de “sabelotodo” o “el que nunca comete ningún error”. Nada más lejos de la realidad.

El año pasado, antes de la Antártida, no se me ocurrió mejor idea que empezar a entrenar en montaña con las Brooks Silence, zapatillas de asfalto, minimalistas. En Estados Unidos se ven mucho y algunos atletas incluso las utilizan en sus entrenos montañeros. Le vi a Mike Wolf con ellas y pensé: parece que van bien en montaña. Pero no hay que olvidar que el Trail en EEUU no es lo mismo que en Europa. Al otro lado del charco el terreno no es tan técnico como aquí. Menos piedras, menos desnivel, superficies más rodadoras y regulares, carreras más rápidas en definitiva. ¡Pues ahí fui yo! En mis entrenos diarios con las Brooks. La verdad es que la sensación era fantástica… hasta que empecé con molestias en el gemelo, en el soleo y luego en la rodilla. Dos meses de lesión, dos meses de tortura. Llegué por los pelos a la Antártida.

Por eso, el primer tirón de orejas para mí.

Un abrazo.







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