domingo, 23 de marzo de 2014

Y EL CIELO SE ABRIÓ PARA DARLE PASO...

No recuerdo otro día como el de hoy, en el que el pueblo de Bermeo se despertase tan triste. Las últimas semanas no he hecho otra cosa que pensar en ello. Todos los días he tenido, aunque sea por un momento, el mismo pensamiento. Sobre todo esta última semana, nada más despertarme me venía lo mismo a la cabeza. ¿Cómo estarán hoy? A continuación hablaba con Dios y le pedía que les facilitase las cosas, que les haga el dolor más llevadero, que no les machaque más de lo que les ha hecho y que este último tramo del camino estuviese lleno de felicidad.

No me considero especialmente creyente. Después de la muerte de mi padre no quise saber nada de él. Me quite la cruz que llevaba al cuello desde que era niño porque consideré que no le necesitaba. Aun así muchas veces he hablado con él. Y últimamente más… No tiene sentido pero lo hago.

Ayer mismo conversé con él. Llevo toda la semana haciéndolo. Cuando voy en bici, en la clase de hockey en la ikastola, mientras que mi hijo pequeño ve La casa de Mickey Mouse… En la hora y media que estuve ayer corriendo en la montaña le pedí que les regalase un día más, una semana más a este niño de 5 añitos que tanto había luchado, que les otorgase toda la felicidad posible a él y su familia. Que si tan todopoderoso era que lo demostrase en este momento… 

Hoy me he levantado y he pensado: ¿Bueno, como estarán hoy? ¿Habrá tenido en cuento Dios lo que hablamos ayer? ¡Ala, arriba, que hoy toca correr por el pueblo!

Cuando he llegado a casa, he dejado el reloj al lado del móvil y en ese preciso instante me ha llegado un mensaje: “Ibon se ha ido…” Mi mujer ha recibido el mismo mensaje. No hemos dicho nada, nos hemos mirado, a continuación silencio. 

En este momento no tengo ganas de desarrollar este post. Estoy triste, de verdad. Les conozco tanto a Bittor como a Idurre, creo que desde que soy niño, sobre todo a Bittor. Hemos crecido jugando al baloncesto y ahora, a la madurez, somos ambos corredores. 

Perdonar pero no puedo seguir escribiendo, no veo la pantalla por las lágrimas. Igual algún día termine el post pero ahora no. Lo publico tal cual, sin editar, sin releerlo. De verdad, lo siento…












6 comentarios:

  1. Con tus palabras reflejas exactamente el mismo sentimiento que se vive en mi casa. Mi mujer Rebeca, amiga de infancia de Idurre, y yo estamos totalmente consternados por esta pérdida. Yo como tu también perdí a mi padre, atropellado por un conductor cuando practicaba su deporte preferido, la bicicleta, y tengo el mismo sentimiento de impotencia ante estos golpes que te da la vida. Pese a ello...Eutsi Gogor!!...danok...por Ibon.

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  2. me uno a tus comentarios, cuando alguien tan joven se nos va y además es cercano a nosotros porque conocemos de toda la vida a sus padres y familia, el dolor es mayor y la rabia no se puede contener. un abrazo a todos

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  3. Un abrazo a todos los que habéis tenido la suerte de conocen a Ibon y sales un abrazo y un beso muy grande a sus aitas de mi parte. Aunque no les conozco personalmente estoy con ellos.

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